Redacción MD
Ciudad de México.- El uso constante y prolongado de antibióticos,
muchas veces resultado de la automedicación, puede derivar en una
alergia a los fármacos. Este hecho afecta con mayor frecuencia a
quienes hacen uso de antibióticos para tratar enfermedades de vías
respiratorias, la mayor parte de las cuales --hasta el 85% de los
casos--, son provocadas por virus.
El doctor Ernesto Hugo Viloria, pediatra alergólogo del hospital
Regional Ignacio Zaragoza, indicó que en las temporadas de frío se
incrementan sensiblemente estos padecimientos, aunque la población
menor de 6 años es la más susceptible debido a que su sistema
inmunológico no está completamente desarrollado.
Si bien estos males pueden afectar a personas de cualquier edad, son
los pequeños los más vulnerables, ante lo cual se deben tomar
precauciones básicas para evitar en lo posible el contagio. Sin
embargo, cuando la enfermedad ya está presente, la revisión del médico
es lo más indicado, evitando en todo caso la automedicación.
Estos padecimientos se clasifican generalmente en daños a vías
respiratorias altas, cuando afectan desde la nariz hasta la laringe, y
en vías respiratorias bajas, cuando el problema se ubica desde la
faringe hasta los pulmones. Los primeros casos son más frecuentes pero
su tratamiento es menos complicado; gripa, catarro, laringitis y
rinofaringitis son ejemplos de ellos.
Las enfermedades de vías respiratorias bajas llegan a ser motivo de
internamiento; su frecuencia es menor pero requieren de una atención
más compleja. Se trata de casos de bronquitis o neumonías, así como de
faringitis, caracterizadas éstas por la inflamación de las cuerdas
vocales, ocasionando disfonía o afonía.
Los males respiratorios ocasionados por agentes virales ocupan entre el
80% y 85% de los casos; los causantes son los virus de la Influenza,
gripe, parainfluenza, renovirus y adenovirus, entre otros.
En el caso de las bacterias, las infecciones son provocadas por el
estafilococo, neumococo, estrepcoco y hemófilus influenza,
principalmente, y son responsables del 15% de las enfermedades, en
promedio.
La automedicación en casos de enfermedades respiratorias está
contraindicada porque se requiere conocer el agente que ocasiona la
enfermedad, sea virus o bacteria, a fin de suministrar el tratamiento
más eficaz.
La mayor parte de las alergias a medicamentos se producen por el uso no
necesario o abuso de fármacos, lo que es muy frecuente en el
tratamiento de enfermedades respiratorias. Si se trata de un cuadro
viral resulta infructuosa la aplicación de antibióticos, ya que no
tendrán efecto sobre el agente que provoca la enfermedad.
Por el contrario, su uso prolongado y recurrente puede ocasionar una
reacción alérgica al medicamento. Esto se puede evitar si se valora
adecuadamente al paciente por parte del médico.
Para los cuadros virales se suministra un tratamiento que atiende los
síntomas de la patología, como son la fiebre, el flujo nasal, el dolor
de cabeza, y se debe acompañar de una buena alimentación e hidratación.
Cuando se habla de infección por bacterias, uno de los síntomas más
frecuentes es la presencia de fiebre superior a los 38.5 grados, además
de otros síntomas que son claramente identificables por los médicos.
Al iniciar una enfermedad de vías respiratorias hay escurrimiento
nasal, dolor al deglutir o comer, puede haber dolor de cuerpo y fiebre
no muy alta cuando se trata de enfermedad por virus.
Si el paciente infantil presenta dificultad para respirar, deja de
comer, presenta dolor en pecho, la tos se hace con secreciones, con
flemas o se escuchan ruidos al respirar, entonces se le debe llevar de
inmediato al doctor.
La persona alérgica puede sufrir de crisis que se detonan por una
infección, además de la exposición a lo que es alérgico. En estos
casos, ante el primer síntoma de infección sí se requiere la revisión
inmediata del médico.
Los enfermos no deben acudir a lugares muy concurridos, ya que además
de contagiar a otras personas también pueden contraer otros agentes de
contagio que complicarían su cuadro inicial, en virtud de que el
sistema inmunológico del paciente está deprimido.