En México, cerca de 60% de las personas con discapacidad visual son adultos de entre 30 y 59 años (28.9%) o mayores de 60 (28.6%). En ambos casos, diferentes enfermedades están reconocidas como una de las principales causas de dicha discapacidad (48.8% y 40.4%, respectivamente). De ahí la importancia de consultar al oftalmólogo a lo largo de todos y cada uno de los momentos de vida o de acuerdo con las necesidades de pacientes con enfermedades crónico degenerativas1.
“En recién nacidos es recomendable acudir con el oftalmólogo para descartar catarata congénita o tumores. En niños en edad escolar, para determinar la necesidad de anteojos. En adolescentes y adultos sin patologías, a manera de prevención. Y en el caso de pacientes con diabetes mellitus, hipertensión arterial, lupus eritematoso o artritis reumatoide, a fin de evitar complicaciones a consecuencia de dichos padecimientos”, señala la Dra. Leonor Hernández, cirujana oftalmóloga con Alta Especialidad en retina y vítreo, miembro de la Asociación Mexicana de Retina y de la Sociedad Mexicana de Oftalmología.
Con el respaldo de hasta siete años en la carrera de medicina y hasta cuatro más en la especialidad —más cursos en alta especialidad enfocados en padecimientos específicos como glaucoma, retina, o córnea por ejemplo—, el oftalmólogo es el profesional de la salud capacitado para atender las enfermedades oculares y dar tratamiento especializado.
La visita a este especialista implica una consulta integral, que contempla un interrogatorio de antecedentes y tratamientos actuales y la exploración física oftalmológica completa, que consiste en toma de agudeza visual (con cada uno de los ojos por separado, con y sin gafas); exploración de párpados y anexos y movimientos oculares; revisión en lámpara de hendidura de conjuntiva, esclera, córnea, cámara anterior, pupila, iris y cristalino; toma de presión intraocular, y revisión de fondo de ojo bajo dilatación pupilar medicamentosa, para checar vítreo y retina. De acuerdo con esta evaluación se determina un diagnóstico y se considera la necesidad de solicitar algún estudio complementario o iniciar un tratamiento específico, y se pone fecha para la siguiente consulta.
“A fin de lograr mejores resultados —detalla la Dra. Hernández— se recomienda a los pacientes presentarse con sus anteojos. En el caso de personas que usan lentes de contacto, acudir con ellos puestos y retirarlos para realizar la exploración. Lo ideal es ir sin maquillaje para una correcta evaluación de todos los tejidos oculares y, de preferencia, acompañados por un familiar o conocido, sobre todo si se realiza dilatación pupilar, ya que el paciente verá borroso durante tres o cuatro horas”.
La vista es uno de los sentidos más preciados, por lo que conviene prevenir cualquier patología que pueda presentarse en los ojos o, en su caso, evitar complicaciones a raíz de otras enfermedades. Un niño que requiere graduación y no la utiliza puede ver comprometido su aprendizaje; un paciente con glaucoma no atendido se expone a una reducción gradual de su visión, y las personas con miopía corren mayor riesgo de desprendimiento de retina.
Por eso, reitera la Dra. Hernández, es importante acudir al menos una vez al año a revisión oftalmológica y seguir con precisión las indicaciones y tratamientos, a fin de evitar complicaciones que incluso pueden llegar a generar ceguera. Si se detectan y atienden a tiempo, un amplio porcentaje de los padecimientos oculares son prevenibles o controlables.
Redacción MD
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Referencias:
1. Las personas con discapacidad en México: una visión al 2010. INEGI. 2013.

















