Ante este escenario, la Red de Acción sobre Alcohol (RASA) presenta la campaña “¿Quién paga los daños del alcohol? Impuestos saludables ¡YA!”. Esta iniciativa busca concientizar a la población sobre los altos costos económicos y sociales derivados de los daños a la salud que ocasiona el consumo de alcohol y que pagamos todos los mexicanos. Un estudio de Economics for Health encontró que los costos directos e indirectos provocados por el alcohol, que ascienden a 552 mil millones de pesos (2.1% del PIB), superan doce veces los impuestos y retribuciones que paga la industria alcoholera.[6] Esto significa que el sector no se hace cargo de los daños que causa a la sociedad.
La evidencia científica es contundente: el consumo de alcohol es un factor de riesgo importante para más de 200 enfermedades, lesiones y condiciones de salud adversas. Entre ellas se encuentran problemas de salud mental, enfermedades cardiovasculares, siniestros viales, violencia, suicidio, tuberculosis, VIH y padecimientos reumáticos, entre otros.[7] Esta amplia gama de enfermedades explica por qué seis de las diez principales causas de muerte en México estén vinculadas con el consumo de alcohol.[8]
En palabras de la Dra. Angélica Ocampo “Los daños a la salud y a la sociedad mexicana durante décadas han avanzado desmesuradamente por el consumo de alcohol, generando muerte, destrucción y violencia; por lo que es necesario la presencia de campañas como esta, acompañadas de acciones conjuntas de prevención y tratamiento para poder ayudar a las personas con problemas ocasionados por el consumo de alcohol, y sobre todo, para que las bebidas alcohólicas no estén al alcance de niños, niñas, adolescentes y poblaciones vulnerables.”
Por su parte, el Mtro. Edgar Alonso Angulo Rosas, consultor en materia de salud mental y adicciones resaltó: “el aumento de precios resultante de los impuestos al alcohol permite, paradójicamente, reducir los costos de atención en salud que este ocasiona. Por esta razón, es fundamental que el poder legislativo actúe hoy. Desde la sociedad civil, esperamos que no haya legisladores que, con posturas nocivas para la salud, se opongan a esta medida, y que los cabilderos no se salgan con la suya esta vez”.
Precisamente, la imagen de la campaña enfatiza aquellas principales consecuencias asociadas al consumo de alcohol en México, las cuales son ampliamente reconocidas por la sociedad, de acuerdo con la encuesta RESET: enfermedades del hígado, cáncer, siniestros viales, violencia hacia la mujer y violencia familiar.[9]
De acuerdo con Alonso Robledo, vocero de la Red de Acción sobre Alcohol, “la atención médica de los problemas de salud ocasionada por el consumo de alcohol está absorbiendo un porcentaje importante de los recursos de los sistemas de salud pública y de las finanzas familiares. No es justo que las familias mexicanas, el sistema de salud y el erario público carguen con los costos de una problemática que tiene un origen claro y un beneficiario económico evidente.”
Yahaira Ochoa, de la organización Salud Justa, comentó: “el consumo de alcohol está directamente relacionado con la violencia hacia las mujeres y también hacia la violencia intrafamiliar; en el caso de la violencia hacia las mujeres 1 de cada 3 mujeres que sufrieron agresiones por parte de sus parejas, declaran que éstos estaban bebiendo alcohol, en el caso de la violencia intrafamiliar según datos de la Secretaría de Salud en 2023 1,186 el número de niñas, niños y adolescentes que habían sido atendidas en hospitales del país por violencia familiar asociada a consumo de alcohol durante el mismo año. Urge una política nacional para el control del alcohol, los impuestos al alocohol son una medida que puede revertir estas cifras”.
El lanzamiento de la campaña está acompañado del hashtag #ImpuestosSaludablesYa. El aumento de los impuestos es la medida más costo-efectiva para reducir los daños asociados al alcohol. Así ocurrió en Rusia, donde entre 2000 y 2015, el incremento tributario, junto con el control de la publicidad y la regulación de la disponibilidad de bebidas alcohólicas, logró reducir en un 50% el consumo de alcohol y con ello, los daños a la salud.[10],[11]
Por ello, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS)[12] y el Banco Mundial[13] recomiendan elevar los impuestos al alcohol como la medida más costo-efectiva para reducir los problemas asociados a su consumo y, al mismo tiempo, incrementar la recaudación fiscal.[14]
Los daños los paga la sociedad entera, mientras que la industria del alcohol se deslinda de su responsabilidad y continúa obteniendo grandes ganancias. Con esta campaña se envía un mensaje contundente: es hora de que la industria del alcohol asuma la responsabilidad que le corresponde por los daños que provocan sus productos.
Redacción MD

















